MUJER EN SILLÓN ROJO 1932
Mujer dormida 1932 |
Tras la fase marcadamente clasicista de principios de la década de 1920, en la que Picasso experimentó con las formas tradicionales de la imagen y con los temas clásicos, a partir de 1926 se observa en su obra una tendencia absolutamente nueva. La equilibrada belleza de sus figuras sufre una metamorfosis y evoluciona gradualmente hasta dar lugar a cuerpos monstruosos , deformes y fragmentarios como los que aparecen en la serie Bañistas de verano de 1927 , para cuya corporalidad Picasso recurrió a dos modos de representación diferentes . Por un lado pintó cuadros en los cuales los cuerpos parecen incrustarse en la superficie, como si las diferentes partes no perteneciesen a un todo plástico y orgánico,sino que se alinean sucesivamente. Por otra parte, Picasso desarrolló formas marcadamente plásticas , las cuales, sin embargo, se unían en un todo desproporcionado y hasta muy deformado en muchos casos.
Esta tendencia , observable también en la escultura picassiana se une en la pintura con una materialidad extraordinariamente sugestiva que produce la impresión de una suave sensualidad, aunque en otros casos simula una materia dura, como piedras o huesos . Picasso experimenta en el cuerpo y, además de integrar en su representación ideas analíticas relacionadas con su estructura interna, trata de expresar- y aquí radica el carácter especifícamente surrealista de sus cuadros de aquella época-sensaciones, deseos u¡y proyecciones vinculadas al cuerpo femenino, y, sobre todo, a su irradiación sexual,
Mercedes Tamara
31 10-2014
Bibliografia : Picasso, Edic Taschen
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