sábado, 25 de octubre de 2014

LA NIÑA ENFERMA EDVARD MUNCH

LA NIÑA ENFERMA  1885


La niña enferma
óleo sobre lienzo 119, 5x 118,5 cm
Oslo, Nasjonalgalleriet






Entre los simbolistas la experiencia que se buscaba preferentemente fuera de las normas morales vigentes se refleja sobre todo en el trato que se da al amor y a la sexualidad. Pero los simbolistas buscaban también sus sueños en el ensimismamiento meditativo y, en definitiva, en el trato de las últimas verdades. Munch es buena muestra de ello , pues hasta muy entrada la década de 1890 visualizó de modo casi obsesivo el amor, la muerte, la sexualidad-un cuadro como Pubertad , de hacía 1893 , es un ejemplo excepcional de esto- y la lucha entre los sexos.

Con la creación de este artista meditabundo y atormentado por el miedo a la vida , Dios desaparece de la naturaleza y del mundo del romanticismo . Esto se puede afirmar también en este cuadro conmovedor , La niña enfermaque Munch pintó en 1885/86 y retocó en la década de 1890 . Desde entonces , este tema no le abandonó ya; aproximadamente cada diez años volvió sobre él,sin contar con varias versiones gráficas .

Desde el punto de vista de la composición , la primera versión fue vinculante también para todas las futuras La mirada del observador es dirigida por las diagonales de fuerte perspectiva que forman una cómoda y una pequeña mesa cortadas por el marco, hacía el sillón situado oblicuamente en el cuadro y en el que aparece sentada una muchacha pelirroja , con el cuerpo y la cabeza apoyados en una inmensa almohada , mientras la mano derecha , inane, reposa sobre la manta ; toda la figura aparece inmensa en el estrecho retículo formado por lineas verticales , horizontales y diagonales que dejan libres los elementos del interior.

La mano izquierda se funde -exactamente en el centro del cuadro, en el punto de intersección de la composición reducida a una mancha de color abstracta -con la de una mujer mayor , que aparece sentada junto a la enferma ,con la cabeza agachada , dando consuelo y sin embargo  sumida en la desesperación.

 La muchacha vuelve el rostro -el pálido encarnado parece " diluirse " ya en el blanco de la almohada -hacía su madre ; al mismo tiempo mira hacía la derecha , donde un cortinaje permite suponer una ventana a pesar de que sorprendentemente no entra la luz desde allí La ventana se opone así al deseo de la muchacha de mirar hacía fuera : la ventana" ciega" se convierte en metáfora de la muerte.


Mercedes Tamara
25-10-2014

Bibliografía : Edvard Munch Edit Taschen

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