INTERIOR HOLANDÉS II 1928
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Interior holandés II óleo sobre tela 92 x73 cm Colección Peggy Guggenheim Venecia
Joan Miró visitó los Países Bajos en 1928, tras sentirse fascinado por la obra de los pintores barrocos holandeses del Museo del Estado Holandés de Amsterdam . Según dicen , Miró regresó a París con varias postales de sus obras que fueron el germen que dio pie a la creación de dos transcripciones pictóricas extremadamente libres que el artista creó ese mismo verano : Interior holandés I .
No es difícil comprender que Miró se sintiera atraído hacía las pinturas holandesas del siglo XVII. No sólo son ricas en divertidos episodios narrativos, sino que además combinan una organización enérgica y un espacio pictórico bien organizado con una profusión de detalles bellamente articulados. Y un cuadro como La lección de baile de gato, de Jan Steen, tienen incluso más ingredientes de los que habría bastado para cautivar al pintor catalán: tipos rústicos, instrumentos
musicales , animales domésticos . La transcripción que realiza Miró no permite que nada de esto escape a la atención del espectador.
Al contrario, todo está cuidadosamente representado en una forma que le da más brío y en un tono de gran comicidad. En el cuadro de Miró , por ejemplo, el muchacho que Steen pinta riendo , con una cabeza demasíado grande para su cuerpo, se convierte en una sola cabeza que pierde el tronco y las extremidades. El perro ha desarrollado la parte posterior de una cabra , a la que no le falta la ubre y una cola torpona, mientras que en el extremo superior la lengua le explota de la boca como una flor, brutal y monstruosamente roja.
En la pintura de Miró , el gato bailarín que muestra su blanco vientre ha desarrollado unos pies como notas musicales y el vestido azul de la muchacha que toca el instrumento la envuelve por completo. Ella se ha convertido en el sonido límpido que ejecuta : una nota azul abstracta y solitaria , aunque intensamente voluptuosa, que se eleva y flota en libertad . De hecho, los juegos transformadores , los cambios de forma y escala de Miró encajan con la contracorriente erótica de La lección de baile del gato, de Jean Steen
La metáfora visual fundamental subyace entre la mujer que toca el instrumento y el perro que ladra descontrolado. Y la brillantez de la transcripción de Miró radica en el hecho de que además de haber encontrado un equivalente pictórico de la vivaracha escena doméstica de Steen, el artista consigue ampliar el alcance de su vocabulario de pinceladas hasta abarcar el reino del sonido
Mercedes Tamara
14-12-2014
Bibliografia : Surrealismo, Edic Taschen
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