DRIADA óleo sobre lienzo 185x 108 cm Museo del Hermitage, San Petesburgo
Este desnudo femenino, situado en medio de árboles , monumental y esquemático resulta, si no fuese por la idea que pretende expresar, vagamente amenazador, debido a su carácter un tanto ominoso , teniendo en cuenta su formulación humanoide en apariencia inconclusa. Evoca una deidad clásica grecolatina de vegetación, en general y de los bosques en particular.
Se encuentra en la misma linea que Las señoritas de Aviñón , aunque supone un avance respecto de tan famosa obra. Fue pintada en el verano de 1908 , cuando vivía en un pueblo cercano a París. Por primera vez se observa como el ambiente de la naturaleza desempeña un papel junto a la protagonista, aunque, al igual que ésta, es sólida y de tendencia escultórica . Si se compara con la estética impresionista , frente la evanescencia de ésta, aquí se da una compactación, lográndose una sintesis entre lo humano y su entorno natural al primar lo esencial sobre los detalles .
La figura ocre surge del área boscosa sin perder su integración en la misma, gracias al espíritu arquitectónico que relaciona todas las partes del cuadro. La armonización de los volúmenes se consigue merced a un dibujo que busca la tridimensionalidad , consiguiéndola al componerla por planos bien cortados que se ponen al servicio de la delimitación de las formas.
Bibliografía : Cubismo, Edic Taschen
Mercedes Tamara
13-11-2013
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