EL TELESCOPIO 1963
El telescopio óleo sobre lienzo 175,5 x 115,4 cm Colección Menil, Houston, Texas |
Durante los años cincuenta y a principios de los sesenta , Magritte aceptó varios encargos de gran envergadura ; en 1951 , en el Teatro Real de las Galerías Saint Hubert; en 1957 ,en el Palacio de Bellas Artes de Charleroi; y, finalmente, en 1961 ,para el Palacio de Congresos de Bruselas , que no pudo terminar por razones de salud . En esa época, en su práctica pictórica , aunque los temas siguieron revistiendo cierto misterio , su estilo de pintura de representación se había vuelto extremadamente lúcido e iba aparejado a un método pictórico directo y sistemático. La salud de Magritte empeoró en 1965 y 1966 , hasta que finalmente murió en Bruselas ,en 1967.
La transferencia de un paisaje al cristal de la ventana que lo refleja era un recurso muy estimado por Magritte y que ya había aparecido en algunas de sus obras de principios de los años treinta , como La llave del campo ( 1936 ). En este cuadro varios pedazos de cristal que corresponden a diferentes fragmentos de la vista exterior ; han caído dentro de la habitación y están reagrupándose para configurar un paisaje paralelo y alternativo al de fuera. Magritte volvió a emplear el mismo recurso al cabo de quince años en Los dominios de Arhheim, de 1949. En la obra en cuestión , dejó algunos fragmentos de cristal en el alféizar para unir el espacio interior con las nevadas montañas del auténtico paisaje exterior .
La llave del campo 1936 óleo sobre lienzo 80 x70 cm Museo Thyssen Bornemizsa Madrid |
Los dominios de Arhein 1949 óleo sobre lienzo 100 x 81 cm Colección particular |
Pero el ejemplo más trabajado de todos , entre esta clase de transferencias se encuentra en El telescopio ,obra pintada en 1963, justo cuatro años antes de su muerte. Es uno de los paisajes más inhóspitos del pintor , y resulta complejo e inquietante . A primera vista , la transferencia parece directa : un simple intercambio entre la noche y el día . La imagen del mar y el cielo iluminados por la luz del sol y sumidos en la neblina ocupa los dos cristales de una ventana. El cuerpo que está entreabierto revela la oscuridad ( la moche ) que hay detrás . Sin embargo, un examen más detenido revela tres detalles que, considerados en su conjunto, desestabilizan gravemente la interpretación de la imagen y le confieren un giro siniestro .
En primer lugar, Magritte ha logrado establecer un punto sutil de coincidencia entre el borde principal de la imagen que ocupa el cristal de la ventana abierta y el marco en el que encaja . Eso abre el camino a una cautivadora ambigüedad . En segundo lugar, coloca el horizonte ( la división entre el mar y el cielo ) exactamente al mismo nivel de la mirada, como si quisiera sugerir que existe una unidad espacial supuestamente carente de problemas entre las dos mitades del paisaje.
Y en tercer lugar, en lo alto de la ventana abierta , cambia la filiación de la imagen que aparece en el cristal al marco de la ventana , con lo que impide cualquier intento de realizar una interpretación coherente y trastoca la creciente sensación de certidumbre visual del espectador. La cuestión que subyace ya no es sencillamente dónde queda emplazada la realidad , sino que radica en su misma dependencia. Magritte parece sugerir que, en último término , incluso el telescopio de su título está apuntando a una oscuridad infinita , que en realidad apenas queda nada más de los trucos a los que, como pintor , está condenado a recurrir para jugar con las apariencias.
Mercedes Tamara
14-04-2015
Bibliografia : Magritte, Edic Taschen
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